Consejos-viajes-en-moto-por-Portugal---IMTBIKE

1. Llevar siempre un traje de lluvia a mano. La parte superior del top case de la moto es un buen lugar. El clima portugués suele ser cálido y seco en el interior, sobre todo en primavera y verano, pero la fachada atlántica es más húmeda, y no es raro ver bailes de nubes, lo que hace más probable alguna lluvia inesperada.

2. ¡Ojo con los peajes! Si utilizamos las autopistas de peaje al aproximarnos a grandes ciudades para evitar el denso tráfico periférico (Lisboa es el ejemplo paradigmático), deberemos prever llevar algunas monedas o la tarjeta de crédito a mano. En algunos se deposita el dinero directamente en una máquina, otros cuentan con un empleado de las autopistas de manera que la operación es más sencilla. Pero también hay muchos tramos de peajes electrónicos, cada vez más, de hecho, en los que un lector identifica nuestra matrícula. Para poder pagarlos y no cometer una infracción podemos hacerlo a través de nuestra Via-T española si la tuviésemos, accediendo a una de las terminales Easytoll con una tarjeta de crédito y vinculándola a nuestra matrícula, o adquiriendo una Tollcard de prepago on line (www.portugaltolls.com).

3. Los controles policiales de carretera no son especialmente habituales en Portugal, aunque en ocasiones podríamos encontrarnos con alguno al entrar o abandonar un pueblo. Es obvio, de todas formas, que es obligatorio respetar las reglas de tráfico, porque sí hay presencia policial.

4. Los vientos del oeste hacen de Portugal un destino ideal para los surfistas. La fuerza de estos vientos es tal, que en determinadas carreteras costeras no es extraño encontrar arena de la playa arrastrada hasta el asfalto. Extremar la precaución en estos tramos.

5. Recorrer Portugal en moto es un placer para todos los sentidos, incluido el del gusto. La comida que sirven en los restaurantes suele ser exquisita, aunque en ocasiones con raciones generosas, que si luego hemos de seguir rodando en moto puede resultar algo excesivo. Por eso es recomendable ser comedido al pedir. ¡Y ojo! ¡Que eso lo dice uno que adora comer… y mucho!

6. Ya no existen puestos fronterizos entre España y Portugal. En condiciones normales se circula libremente, sin control entre ambos países. No obstante, un buen consejo es tener siempre el pasaporte a mano por si nos lo solicitasen en un control rutinario.

7. Los portugueses son gente de apariencia melancólica y recogida, si bien esa primera impresión desaparece al tratar con ellos: resultan exquisitamente educados y gentiles. Y muy simpáticos e inteligentes también. Y aunque es un pueblo en general con un amplio conocimiento del inglés y el español, una deferencia que saben apreciar es que nos aprendamos algunas palabras en portugués para dirigirnos a ellos y entablar conversación (la mayoría de las guías de viajes contienen un breve glosario con palabras en este idioma).

8. Portugal es conocido por sus cabos geográficos y topográficos, que normalmente ofrecen escarpados y bellos acantilados asomados al mar, muchas veces acondicionados para que el turista pueda contemplar su belleza. Es el caso por ejemplo del famoso Cabo de Roca, el punto más occidental de la Europa continental. Aunque a quinientos metros hacia el interior puede brillar el sol, en el cabo es posible que llovizne y haga fresco… Mejor ir abrigados por si acaso.

9. Los horarios de comidas en Portugal son similares a los de la Europa central: se almuerza y se cena antes que en España, por ejemplo. Al llegar a Portugal por tierra desde el país vecino, hay que tener presente además que hemos de atrasar el reloj una hora.

10. El tipo de alojamiento ideal, en el que Portugal está más especializado y ofrece una mayor oferta, son los hoteles. Desde resorts en el Algarve a antiguas ciudadelas restauradas en la zona de Lisboa, por poner sólo un par de ejemplos, en una ruta en guiada en moto con IMTBIKE disfrutaremos del merecido descanso tras la jornada en moto en un alojamiento elegido meticulosamente por nuestro equipo.